¨ Haber entregado su vida a Jesucristo: Porque si no se tiene fe, descalifica para adorar al Padre. Es necesario que Cristo nos enseñe el camino de cómo glorificar al Padre (Jn 14:10-14)
¨ Conocedor del propósito de Dios en su vida: (Efesios 1:12, Romanos 8:29). Muchos ignoran el propósito de Dios y por lo tanto no pueden ejercer su ministerio al Padre. En la obra especial de creación realizada por Dios al hombre se le dio un triple propósito a su vida:
A) Fue creado para adorar a Dios
B) Fue creado para tener comunión con Dios
C) Fue creado para glorificar a Dios en su vida
¨ Tener un corazón humilde: (Salmo 138:6) La humildad es un aspecto que debe tener todo aquel que quiera venir a la presencia de Dios.
Humildad; no buscar lo suyo propio sino hacer la voluntad de Dios (Salmo 43:2, Isaías 66:2, 1 Pedro 5:5).
¨ Anhelar la presencia de Dios: (Éxodo 33:15) El adorador es aquel que entiende que la presencia de Dios es lo más importante. Muchos hacen cosas para Dios pero lo hacen sin tener la seguridad de que la presencia Divina esté con ellos y con lo que hacen. La vida de adoración es aquella que tiene una estrecha relación con Dios y todo lo que se haga, se hable o piense este siendo dado por la voluntad de Dios. El anhelar su presencia es algo continuo, sin importar las circunstancias.
¨ Una Vida de Santidad para con Dios (1 Tésalo. 4:3) La Santidad en el adorador es una característica que siempre debe existir; "Sin Santidad nadie verá al Señor" dicen las escrituras lo cual nos hace ver que para estar en la presencia de Dios es necesario estar limpios, purificados por la sangre del Cordero de Dios (Hebreos 12:14). La Santidad es una demanda de Dios.
¨ Tener un corazón sincero: (Hebreos 10:22) Cuando busques el rostro del Señor debemos ser hallados irreprensibles, no teniendo deseos impuros no tampoco teniendo como base la mentira, sino la verdad. (Filipenses 1:10). Podríamos mencionar otras características como un corazón sano, apego a la palabra, etc.; sirvan las presentes para que cada uno busque ser el adorador que Dios quiere que seamos y así nos encontraremos haciendo su voluntad.
Un danzor es un servidor a Dios y a los demás, que separa su vida para la obra de Dios. Por ser servidores, nos colocamos en la brecha para abrir los caminos del Señor al pueblo de Dios e interceder por las necesidades de nuestros hermanos. Por tal razón, la preparación y formación de un danzor no solo es el aprender técnicas; sino el conocimiento de la Palabra de Dios y de Sus propósitos. Antes que nada, un danzor es un ADORADOR, que entrega su vida a Dios, buscando agradarlo y poniendo su mirada en Aquel que lo llamó para edificar Su obra.